SI EL AMOR ES VERDADERO ES RECÍPROCO.
CUANDO RECLAMAS AFECTO Y ATENCIÓN EN UNA RELACIÓN DE PAREJA.... ¡ALERTA ROJA!!!.
"... "No te olvides que tienes que hacer el amor conmigo", "Tienes que acariciarme de vez en cuando", y así. En la vida de la relación hay cosas que no se piden y que deben surgir natural y espontáneamente. Si no ocurren, estamos en alerta roja. Por más música y buenas intenciones que le pongamos, exigir afecto siempre deja una sensación de malestar en la boca del estómago, que después se convierte en indignación y muchas veces en depresión. No es lo mismo ejercer el derecho a la reciprocidad que implorar amor. Uno nos enriquece, el otro nos avergüenza."
Walter Riso.
EJERCER EL DERECHO A LA RECIPROCIDAD NOS ENRIQUECE.
(Aquí tienes la foto, para compartir en Facebook)NOS ENRIQUECE... ¡A AMB@S!!!
RE-COR(corazón)-DARLO.
NO HAY AMOR VERDADERO SIN RECIPROCIDAD.
Aquí os dejo unos apuntes de Walter Riso sobre esto. Son extractos de su libro "¿Amar o depender?":
LA RECIPROCIDAD DEL AMOR
(...) El amor interpersonal necesita de
correspondencia. Para que una relación afectiva sea gratificante, debe
haber reciprocidad, es decir, intercambio equilibrado. El amor recíproco
es aquel donde el bienestar no es privilegio de una de las partes, sino
de ambas.
Fernando Savater considera la reciprocidad como uno de los universales éticos. En sus palabras: “Todo valor ético establece una obligación y demanda –sin imposición, por lo general– una correspondencia. No es forzosa la simetría pero sí la correlación entre deberes y derechos”.
Es imposible convivir sanamente sin un equilibrio entre el “dar” y el “recibir”. Si una de las partes es mal dador, pero le gusta recibir afecto, es probable que estemos ante un avaro afectivo o un narcisista en potencia. Por el contrario, cuando la persona es una dadora de tiempo completo y no cree merecer afecto, la sumisión está presente. Para que la relación amorosa funcione, no debe haber desequilibrios muy marcados. (...)
Cuando se trata de aspectos esenciales, recibir se convierte en una cuestión de derechos y no en un culto al ego. Hay cosas primordiales a las cuales no podemos renunciar porque son imprescindibles para la supervivencia psicológica; y aunque no las hagamos explícitas, damos por sentado que deben existir para que la relación afectiva siga su curso. Si soy fiel, espero fidelidad; si soy honesto, espero honestidad; si soy cariñoso, espero ternura. De no ser así, no me interesa.
Son apuntes de Walter Riso.
Con Amor.
Y en Servicio.
Ann Love Bell
En el camino de 'Las relaciones como camino'.
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