Ideogramas Reiki - Ann Love

Qué es el Reiki?

Por ANN LOVE BELLANN LOVE BELL


Reiki es la capacidad que tiene toda persona de convertirse en un canal de Energía Vital Universal.

miércoles, 25 de agosto de 2010

b."El Poder del Ahora". Ann se hizo más consciente... para tratar de TRANSMUTAR EL CUERPO-DOLOR. Pero ¿Y eso qué es?; de Ann Love Bell, en el face(II)


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Cuando hayas resuelto los dos factores que destruyen las relaciones, es decir, cuando hayas transmutado el cuerpo-dolor y dejes de identificarte con la mente y las posiciones mentales -y siempre que tu pareja haya hecho lo mismo-, experimentarás la dicha de florecer de una relación.
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Dice Tolle, en la aplicación de "El Poder del Ahora" que me salió en el face, que el otro de los dos factores que hacen experimentar la dicha de florecer en las relaciones es TRANSMUTAR EL CUERPO-DOLOR. Me gusta, así que voy a tratar de desarrollar el tema (como hice con el NO IDENTIFICARSE CON LA MENTE Y LAS POSICIONES MENTALES. Ver nota anterior) y explicar este punto...
¿QUÉ ES EL CUERPO-DOLOR?
Os decía, en una nota anterior, que la mayor parte de lo que piensa todo el mundo es involuntario, automático y repetitivo. Es "la voz de la cabeza que tiene vida propia"... Durante miles de años, la humanidad ha estado cada vez más poseída por la mente, sin darse cuenta que la entidad que te posee no eres . Con la completa identificación de la mente, cobró existencia un falso sentido del yo: el ego. La densidad del ego depende del grado en que Tú –la conciencia- te identifiques con tu mente.
El grado de identificación con la mente varía según las personas. Muchas son las que están aisladas de sí mismas. La mayor parte de su atención está absorbida por el pensamiento, de modo que en realidad no te ven y en realidad no te escuchan... No están presentes en ninguna situación, su atención está en el pasado o en el futuro, están vagando en el flujo constante de los pensamientos.
Además del flujo de pensamientos, aunque no totalmente separada de él, el ego tiene otra dimensión: las emociones. No quiero decir que todos los pensamientos y todas las emociones pertenezcan al ego. Solo se convierten en ego cuando te identificas con ellos y se apoderan por completo de ti. El cuerpo, por ejemplo, tiene su propia inteligencia, que gobierna todas sus funciones, que son muchas, desde el latido del corazón hasta la traducción de entradas sensoriales en impulsos nerviosos que se envían al cerebro. Y esta inteligencia reacciona a lo que dice la mente dando lugar a las emociones.
Las reacciones instintivas se podrían considerar formas primordiales de la emoción. La diferencia estriba en que una respuesta instintiva es la respuesta directa del cuerpo a alguna situación exterior. En cambio, una emoción es la respuesta del cuerpo a un pensamiento. Pero ambas son respuestas del cuerpo. Y aunque el cuerpo es muy inteligente, no puede distinguir la diferencia entre una situación real y un pensamiento. Reacciona a todo pensamiento como si fuera una realidad.
Así, el ego no es sólo la mente no observada, la voz que hay dentro de la cabeza y pretende ser tú, sino también las emociones no observadas que son la reacción del cuerpo a lo que dice esa voz de la cabeza. El componente emotivo del ego varía de una persona a otra. En ocasiones, los pensamientos que desencadenan respuestas emocionales son tan rápidos que, antes de que la mente haya tenido tiempo para vocalizarlos, el cuerpo ya ha respondido con una emoción, y la emoción se ha convertido en una reacción. Estos pensamientos existen en estado preverbal y se podrían considerar suposiciones no formuladas (condicionamientosy programas), inconscientes, que vienen del pasado. Recuerdos emocionales, viejas emociones que se reviven continuamente y se perpetúan.
Una emoción negativa que no se afronta plenamente para verla como lo que es en el momento que surge, no se disuelve por completo y deja tras de sí un residuo de dolor. Casi todo el mundo lleva en su campo de energía una acumulación de antiguo dolor emocional. Esto es lo que es el llamado "cuerpo-dolor". Este campo de energías de emociones viejas pero aún muy vivas, aunque inconscientes, presente en casi todo ser humano, es el cuerpo-dolor.
Pero el cuerpo-dolor no sólo es individual. También incluye parte del dolor padecido por incontables seres humanos a lo largo de la historia de la humanidad, que es una historia continua de guerras tribales, esclavitud, saqueos, violaciones, torturas y otras formas de violencia. Este dolor sigue vivo en la psique colectiva, y todo recién nacido llega a este mundo con la carga de un cuerpo-dolor. En algunos es más pesado, más denso que en otros. Las personas con cuerpos-dolor pesados suelen tener más posibilidades de despertar espiritualmente que las que lo tienen relativamente ligero. Pues, aunque algunas quedan atrapadas en sus pesados cuerpos-dolor, muchas otras llegan a un punto en el que ya no pueden seguir aguantando su infelicidad, y de este modo se fortalece su motivación para despertar.
Así, el cuerpo-dolor es una forma de energía semi-autónoma que vive el interior de casi todos los seres humanos, una entidad formada por emociones. Tiene su propia inteligencia primitiva, no muy diferente de un animal astuto, y esta inteligencia está aplicada principalmente a la supervivencia. Como todas las formas de vida, necesita alimentarse periódicamente–absorber nueva energía- y el alimento que necesita para nutrirse consiste en energía que sea compatible con la suya, es decir, energía que vibre en una frecuencia similar. Toda experiencia emocionalmente dolorosa puede ser utilizada como alimento. Por eso se renueva con las emociones negativas y los dramas en las relaciones. El cuerpo-dolor es una adicción a la infelicidad.
Puede resultar traumático darse cuenta por primera vez de que hay algo dentro de ti que busca periódicamente la negatividad emocional, que busca la infelicidad. En esos momentos, periódicos, cuando la infelicidad se apodera de ti, no solo no quieres que no termine, sino que quieres hacer a los demás tan desdichados como tú, con el fin de que el cuerpo-dolor se alimente de sus reacciones emocionales. Necesitas más conciencia para verlo en ti que para reconocerlo en otra persona. En la mayoría de la gente, tiene una fase latente y otra activa. Cuando está latente, olvidas con facilidad que llevas en tu interior una densa nube negra o un volcán inactivo que, como todo volcán, periódicamente irrumpe. El cuerpo-dolor despierta de su latencia cuando tiene hambre. Pero también puede activarse en cualquier momento por algo que suceda. El cuerpo-dolor que necesita alimentarse puede utilizar como disparador cualquier hecho insignificante: cualquier cosa que alguien haga o diga, puede llegar a convertirse en un drama. El cuerpo-dolor intentará provocar a las personas más cercanas para poder alimentarse del consiguiente drama. Al cuerpo-dolor le encantan las relaciones íntimas y las familias, porque ahí es donde obtiene la mayor parte de su alimento. Si vives solo o no tienes a alguien cerca en ese momento, el cuerpo-dolor se alimentará de tus pensamientos. De pronto, tus pensamientos se vuelven muy negativos. La voz de tu cabeza, en compañía o a solas, te contará cuentos tristes, angustiosos o indignantes sobre ti o sobre tu vida, sobre otras personas, sobre el pasado, el futuro o acontecimientos imaginarios. La voz culpará, acusará, se quejará, inventará. Y tú estás completamente identificado con todo lo que dice esa voz. En este punto, la adicción a la infelicidad se ha consolidado, tú te identificas y los dramas se producen para alimentar al cuerpo-dolor. No es que no puedas parar el flujo de pensamientos negativos, es que no quieres. Esto se debe a que el cuerpo-dolor está viviendo ese momento a través de ti, fingiendo ser tú. Se establece un círculo vicioso entre el cuerpo-dolor y tu pensamiento. Al cabo de algún tiempo, unas horas o unos días, ha repuesto sus fuerzas y vuelve a su estado latente, dejando al organismo exhausto y al cuerpo mucho más vulnerable a las enfermedades. Si esto te suena a parásito psíquico, has acertado. Es exactamente lo que es.
Cómo liberarse, transmutarlo.
Para liberarte del cuerpo-dolor, lo primero de todo es darte cuenta que TIENES un cuerpo-dolor. Después, lo más importante es la capacidad de estar lo bastante presente, lo bastante alerta, para notar el cuerpo-dolor en uno mismo cuando se activa. Cuando lo reconoces, ya no puede fingir ser tú ni vivir y renovarse a través de ti. Tu presencia consciente es lo que pone fin a la identificación con el cuerpo-dolor. Cuando dejas de identificarte con él, el cuerpo-dolor ya no puede controlar tu pensamiento, y por tanto tampoco puede renovarse alimentándose de él. Así es como empieza a perder energía. Entonces, la energía que estaba atrapada en el cuerpo-dolor cambia de frecuencia vibratoria y se transmuta en Presencia. De este modo, el cuerpo-dolor se convierte en combustible para la consciencia. Por eso, muchos de los hombres y mujeres más sabios y más iluminados de este planeta tuvieron en otro tiempo un cuerpo-dolor muy fuerte.
Yo misma llegué a un punto en el que mi cuerpo-dolor literalmente explotó con tanto sufrimiento. El dolor fue tal que me forzó a dejar de identificarme con el contenido de mi mente. Entonces llegué a comprender que ni mi desgraciada historia ni la intensa emoción que yo sentía era Yo. Y la DiosaQueHayEnMi , como a mi me gusta llamar a la Presencia, contuvo la vieja emoción impidiéndole subir a la cabeza y tomar así el control. Dónde hay Presencia, el ego se mantiene en segundo plano; no puede gobernar.
El cuerpo-dolor y el ego son parientes cercanos. Se necesitan el uno al otro. Por ejemplo, el cuerpo-dolor se activa; cosas relativamente insignificantes, que otro descartaría con una simple sonrisa o ni siquiera notaría, se convierten en la causa aparente de una intensa infelicidad. Por supuesto, no son la verdadera causa: sólo actúan como desencadenante. Hacen que vuelva a la vida la antigua emoción acumulada. Entonces la emoción se desplaza a la cabeza y amplifica y da energía a las estructuras mentales del ego. Pero, la Presencia es más que capaz de contenerla. Esa emoción no eres tú.
Para transmutarlo, cuando sientas el cuerpo-dolor, cuando sientas como se activa, con esa reacción desmesurada, debes saber que lo que estás sintiendo no eres tú. Este conocimiento es lo único que se necesita para romper la identificación con él. Si en ese momento estás con tu pareja, puedes decirle:lo que acabas de decir (o hacer) ha activado mi cuerpo de dolor. Ponte de acuerdo con tu pareja en que cada vez que uno de los dos diga o haga algo que active el cuerpo-dolor del otro, lo diréis inmediatamente. De este modo, el cuerpo-dolor no podrá renovarse por medio del drama en la relación.
Cuando sientas el cuerpo-dolor no caigas en el error de pensar que hay algo que falla en ti. Al ego le gusta que te veas como un problema. El conocimiento tiene que ir seguido por la aceptación. Aceptar significa que te permites sentir lo que estás sintiendo en ese momento. Forma parte de la esencia del Ahora. Ya no eres un fragmento, que es como el ego se percibe a sí mismo. Emerge tu verdadera naturaleza: la Presencia, que es vasta, espaciosa, completa.
Extractos extraídos de "Un nuevo mundo, ahora" de TOLLE.