Ideogramas Reiki - Ann Love

Qué es el Reiki?

Por ANN LOVE BELLANN LOVE BELL


Reiki es la capacidad que tiene toda persona de convertirse en un canal de Energía Vital Universal.

sábado, 28 de junio de 2014

TE REGALO UN CUENTO: PARA SER 'REY' o 'REINA', EN EL AMOR VERDADERO; HAY QUE TENER CORAJE


HOY ME RECOLOCO LA CORONA Y TE REGALO UN CUENTO, AMOR...

Primero, la corona:

Y es que... Como dice la foto de arriba:
"Ningún principe puede coronarte reina algún día. Por la sencilla razón que, en realidad, no existen. ALGUN@s sólo parecen serlo, como el del cuento.  Pero no lo son. Por mucho que te hayan contado, Mujer, sólo tú puedes pasar de 'plebeya' a Reina.

E IGUAL AL REVÉS. SE ES 'REY' o 'REINA' Cuando haces un acto de amor hacia ti mism@. Y mira que digo acto, eh. En el verdadero amor se requiere CORAJE. ES DECIR ACTUAR EN PRO DE ÉL, DEL AMOR VERDADERO ALLÁ DONDE ESTÉ. Moverte hacia él y no sólo hablar y hablar... Y dar 'excusas de PERDEDOR', o alentar desde la barrera aprobando la faena de el/la otr@ CON UN SIMPLE gesto (por muy 'noble' que este sea) y una sonrisa PERO sin MOJARSE , como en el cuento.

Sin Cor(Corazón, con mayúsculas)_aje NO HAY AMOR, hay comodidad y deseo, pero no amor del bueno." -Ann Love Bell-

Y, AHORA, EL CUENTO:


Te regalo un cuento, Amor. Va para ti, Príncipe. Tú que tantas candidatas tienes en tu reino-muro intercibernáutico, y que desde el palco sonríes y  haces gestos de aprobación. Tú que tienes a tu plebeya, o plebeyas,  que ni un sólo día ha desfallecido en el intento de querer llegar a ti, para querer llegar a REINAR JUNT@S, EN EL VERDADERO AMOR. Tú que, cómodamente, desde el palco alentas. Tú que te crees un futuro rey, y das lindos discursos que no cumples.  Has de saber que, claro, para ser REY (O REINA) DEL AMOR VERDADERO,  un@, además de sonreír y hacer gestos desde lejos, o recitar como los curas desde el palco,  precisa mojarse y actuar. Precisa actuar tal como la plebeya para convertirse en reina de verdad, con un rey de verdad; y no un 'príncipe' de los que jamás llegará a rey, ni  REINAR, VERDADERA(con poca)MENTE  (y mucho más Instinto, y aún más aún Corazón), EN SUS VIDAS; EN LA DE AMB@S.

Y ES QUE... NO TOD@S L@S QUE PARECEN BELL@S PRÍNCIPES, O PRINCESAS, LO SON.... NI TOD@S LOS QUE PARECEN 'POBRES', O MENDIG@S PLEBEY@S  COMO EN EL CUENTO, LO SON TAMPOCO.

Este cuento que te regalo lo ilustra bien. Ilustra que la plebeya era, en realidad, más rica que el príncipe... ¡Y CON CRECES!!!. Rica de Amor, para dar, ACTUANDO  A DIARIO SIN DESFALLECER. Haciendo, siempre lo máximo. Sin jamás escatimar esfuerzos, día a día. Y no porque quisiera ser princesa (ella ya era mucho más, era una reina) sino porque amaba al príncipe y lo elegía a diario. Y con él, estaba. Tal como Jeevan Mukti dice aquí, en esta foto: 


Bueno... Y, con tanto preámbulo, me estoy olvidando de tu regalo, Amor.

Ahí va, el cuento. Y te añadiré más versiones. Para que no sólo una sea la versión que mande.

Cuentan que un bello príncipe estaba buscando consorte. Aristócratas y adineradas señoritas habían llegado de todas partes para ofrecer sus maravillosos regalos; joyas, tierras, ejércitos y tronos conformaban los obsequios para conquistar a tan especial criatura.
Entre las candidatas se encontraba una joven plebeya, que no tenía más riquezas que amor y perseverancia. Cuando le llegó el momento de hablar, le dijo:

- "Príncipe, te he amado toda mi vida. Como soy una mujer pobre y no tengo tesoros para darte, te ofrezco mi sacrificio como prueba de amor: estaré cien días sentada bajo tu ventana, sin más alimentos que la lluvia, y sin más ropas que las que llevo puestas. Ésa es mi dote".

El príncipe, conmovida por semejante gesto de amor, decidió aceptar y le dijo a la joven plebeya:

- "Tendrás tu oportunidad: si pasas la prueba, me desposarás".

Así pasaron las horas y los días. La pretendienta estuvo sentada, soportando los vientos, la nieve y las noches heladas. Sin pestañear, con la vista fija en el balcón de su amado, la valiente vasalla siguió firme en su empeño, sin desfallecer un momento. De vez en cuando, la cortina de la ventana real dejaba traslucir la esbelta figura del  príncipe, el cual con un noble gesto y una sonrisa, aprobaba la faena. Todo iba a las mil maravillas. Incluso algunos optimistas habían comenzado a planear los festejos.
Al llegar el día noventa y nueve, los pobladores de la zona habían salido a animar a la próxima monarca. Todo era alegría y jolgorio, hasta que de pronto, cuando faltaba una hora para cumplirse el plazo, ante la mirada atónita de los asistentes y la perplejidad de la infanta, la joven se levantó y sin dar explicación alguna, se alejó lentamente del lugar.
Unas semanas después, mientras deambulaba por un solitario camino, un niño de la comarca alcanzó a la joven plebeya y le preguntó:

- "¿Qué fue lo te que ocurrió?, estabas a un paso de lograr la meta. ¿Por qué perdiste esa oportunidad? ¿Por qué te retiraste?".

Con profunda consternación y algunas lágrimas mal disimuladas, el joven plebeyo contestó en voz baja:
- "No me ahorró ni un día de sufrimiento, ni siquiera una hora. No merecía mi amor".

 Esta es la versión de Walter Riso en el libro '¿Amar o depender?'. Y ya puestos a poner su versión te anoto aquí, aunque esté de más (mi regalo sólo era el cuento), lo que él dice sobre el cuento. Lo explica para ilustrar sobre LA RECIPROCIDAD.

En la página 117 del citado libro, Walter Riso, dice lo que a continuación transcribo, con el  siguiente título:

NO TE MERECE QUIÉN TE LASTIMA


Merecer significa “hacerse digno de”. Expresiones como: “Te entiendo”, “Lo acepto”, “Lo disfruto”, “Me alegro” o “Tu amor es un regalo”, son manifestaciones de aceptación y buena recepción. Si una persona no aprecia lo que le doy, no lo comprende o no lo traduce, el amor se deshace en el camino, no da en el blanco y desaparece. Un amor que no llega es un despilfarro energético de grandes proporciones. Podríamos entenderlo del siguiente modo: “No puedo amar a quien no quiere estar conmigo. Si no me aman, no me respetan o me subestiman, no me merecen como pareja”.”

A continuación explica EL CUENTO DE ARRIBA, pero con los sexos cambiados, y acaba diciendo:

El merecimiento no siempre es egolatría, sino dignidad. Cuando damos lo mejor de nosotros mismos a otra persona, cuando decidimos compartir la vida, cuando abrimos nuestro corazón de par en par y desnudamos el alma hasta el último rincón, cuando perdemos la vergüenza, cuando los secretos dejan de serlo, al menos merecemos comprensión. Que se menosprecie, ignore o desconozca fríamente el amor que regalamos a manos llenas es desconsideración o, en el mejor de los casos, ligereza. Cuando amamos a alguien que, además de no correspondernos, desprecia nuestro amor y nos hiere, estamos en el lugar equivocado. Esa persona no se hace merecedora del afecto que le prodigamos. La situación es clara: si no me siento bien recibido en algún lugar, empaco y me voy. Nadie se quedaría tratando de agradar y disculpándose por no ser como a la otra persona le gustaría que fuera. No hay vuelta de hoja. En cualquier relación de pareja que tengas, no te merece quien no te ame, y menos aún, quien te lastime. Y si alguien te hiere reiteradamente sin "mala intención", puede que te merezca, pero no te conviene.

Walter Riso

¡Contundente!.

La versión de este mismo cuento, antes de leer a Riso, la saqué de aquí: EL AMOR ES COSA DE DOS... YENDO PAREJOS, TAMBIÉN, EN EL DAR Y EL RECIBIR.(foto facebook)

Y acabo ya, amig@ lector/a, con la última de las versiones. Sacada de LaRed. Desconozco autor/a. Y dice así:

Directamente sacado de la red (copiar y pegar) uno de los cuentos que más me gusta, y que ya tenéis en otra foto (la anterior de más arriba) de este mismo álbum ya publicado, pero en versión femenina... Es que, no he podido resistirme. Es que... ¡¡¡MeEncanta!!! Y no digamos ya el hecho de que esté en versión femenina. No sé cómo no se me había ocurrido antes, Jejeje. (Esta vez si se me ocurrió, por eso le cambié el sexo a la versión primera de este post) Con todo mi cariño, ahí va:

EL REY Y LA MENDIGA (aquí, la foto en facebook)
Cuentan que había una vez un rey muy apuesto que estaba buscando esposa. Por su palacio pasaron todas las mujeres más hermosas del reino y de otros más lejanos; muchas le ofrecían además de su belleza y encantos muchas riquezas, pero ninguna lo satisfacía tanto como para convertirse en su reina.


Cierto día llega una mendiga al palacio de este Rey y con mucha lucha consigue una audiencia.
§ “No tengo nada material que ofrecerte; sólo puedo darte el gran amor que siento por ti – le dijo al Rey – si me permites puedo hacer algo para demostrarte ese amor“
Esto despertó la curiosidad del rey, quien le pide que le dijera que sería eso que podía hacer.
§ “Pasaré 100 días en tu balcón, sin comer ni beber nada, expuesta a la lluvia, al sereno, al sol y al frío de la noche. Si puedo soportar estos 100 días, ¿entonces me convertirás en tu esposa?”
El rey, sorprendido más que conmovido, acepta el reto. Le dijo:
§ “Acepto. Si una mujer puede hacer todo esto por mi, es digna de ser mi esposa“.

Dicho esto, la mujer empieza su sacrificio. Empezaron a pasar los días y la mujer valientemente soportaba las peores tempestades… muchas veces sentía que desfallecí­a del hambre y el frío, pero la alentaba imaginarse finalmente al lado de su gran amor.

De vez en cuando el Rey asomaba la cara desde la comodidad; de su habitación para verla y le haci­a señas de aliento con el pulgar. Así fue pasando el tiempo… 20 dí­as…50…la gente del reino estaba feliz, pues pensaban “¡por fin tendremos una reina!”... 90 días… y el Rey continuaba asomando su cabeza de vez el cuando para ver los progresos de la mujer. “Esta mujer es increíble“ pensaba para si mismo y vuelve a darle alientos con señas.

Al fin llega el día 99 y todo el pueblo empezar a reunirse en las afueras del palacio para ver el momento en que aquella mendiga se convertiría en esposa del rey. Fueron contando las horas… a las 12 de la noche de ¡ese día ¡tendrí­an reina!… la pobre mujer estaba muy desmejorada; había enflaquecido mucho y contraído enfermedades.

A las 11:00 de la noche de aquel día 99, faltando apenas una hora para que llegara el día 100, la valiente mujer se rendía… y decidía retirarse de aquel palacio. Dio una triste mirada al sorprendido Rey y sin decir ni media palabra se marcha.

¡La gente estaba conmocionada! Nadie podía entender por qué aquella valiente mujer se había rendido faltando tan solo 1 hora para ver sus sueños convertirse en realidad ¡Había soportado tanto!

Al llegar a su casa, su padre se había enterado ya de lo ocurrido. Le pregunta:
§ “¿Por qué te rendiste a tan solo instantes de ser la reina?”
Y ante su asombro ella respondió:
§ “Estuve 99 días y 23 horas en su balcón, soportando todo tipo de calamidades y no fue capaz de liberarme de ese sacrificio. Me veía padecer y solo me alentaba a continuar, sin mostrar siquiera un poco de compasión ante mi sufrimiento. Esperé todo este tiempo un atisbo de bondad y consideración que nunca llegaron. Entonces entendí: una persona tan egoí­sta, desconsiderada y ciega, que solo piensa en si misma, no merece mi amor”

Moraleja: Cuando ames a alguien y sientas que para mantener a esa persona a tu lado tienes que sufrir, sacrificar tu esencia y hasta rogar… aunque te duela, retírate. Y no tanto porque las cosas se tornen difíciles, sino porque quien no te haga sentir valorado(a), quien no sea capaz de dar lo mismo que tú, quien no pueda establecer el mismo compromiso, la misma entrega… simplemente “NO TE MERECE…”

Bueno, Amor, querido príncipe, aquí te dejé hoy el regalito. Para la reflexión. Te hablo en parábolas. Para que movilice tu ser, al Rey que llevas dentro. Y puedas llegar a darte cuenta, y valorar, aquello que se te da, las riquezas de una verdadera Reina, antes de que sea demasiado tarde y la Reina levante sus reales posaderas de tu 'reino', jajaja.


Con Amor.

Y en Servicio.


Ann Love Bell
ANN LOVE BELLEn el camino de 'Las relaciones como camino'.


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ENTRADAS ANTERIORES: -JAMÁS HUMILLARSE. Por Walter Riso.
                   -LA RECIPROCIDAD DEL AMOR. Algunos apuntes de Walter Riso.

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Y AQUÍ otras entradas relacionadas, del mismo autor. Éstas sobre la INDIFERENCIA AFECTIVA.

viernes, 27 de junio de 2014

EL AMOR ERÓTICO. Según Erich Fromm en 'El Arte De Amar"


HOY, AMIG@ LECTOR/A, ANDO RELEYENDO A ERIC FROMM, y aquí subí un cachito de mi lectura para hacerte partícipe. Y es que, resumo primero un poco:

Erich Fromm, en su libro "El arte de amar", realiza una topología del amor. Parte del concepto que el amor es un arte que debe ser aprendido, desde lo práctico como lo teórico, y que esto último es lo difícil y no el hecho de no encontrar a quien amar, como se cree popularmente.

El hombre sufre porque necesita superar la separatividad, o sea, la soledad, a la que experimenta como angustiante, y el amor es la forma de afrontar la separatividad humana.

Cuando habla de amor maduro se refiere a "la paradoja de dos seres que se convierten en uno, y no obstante, siguen siendo dos". Este amor implica cuidado, responsabilidad, respecto y conocimiento.


Distingue distintos tipos de objetos amorosos: Amor fraternal. Amor erótico. Amor materno. Amor a sí mismo. Amor a Dios.Yo hoy os voy a transcribir sólo sobre EL AMOR ERÓTICO, uno de los distintos tipos de amor que describe Fromm; y que diferencia claramente del impulso sexual.

("Se diferencia del impulso sexual porque no sólo mantiene la especie sino que la mejora. Comienza siendo un amor fraterno, en cambio, el impulso sexual sólo se inicia con una emoción intensa. Sólo se satisface con la persona especial que hemos elegido, en cambio, el impulso sexual se satisface con cualquiera.")



 Y dice así Fromm, sobre el amor erótico, transcribo:

Amor erótico.
El amor fraterno es amor entre hermanos; el amor materno es amor por el desvalido. Diferentes como son entre sí, tienen en común el hecho de que, por su misma naturaleza, no están restringidos a una sola persona. Si amo a mi hermano, amo a todos mis hermanos; si amo a mi hijo, amo a todos mis hijos; no, más aún, amo a todos los niños, a todos los que necesitan mi ayuda. En contraste con ambos tipos de amor está el amor erótico: el anhelo de fusión completa, de unión con una única otra persona. Por su propia naturaleza, es exclusivo y no universal; es también, quizá, la forma de amor más engañosa que existe.

En primer lugar, se lo confunde fácilmente con la experiencia explosiva de "enamorarse", el súbito derrumbe de las barreras que existían hasta ese momento entre dos desconocidos. Pero, como señalamos antes, tal experiencia de repentina intimidad es, por su misma naturaleza, de corta duración. Cuando el desconocido se ha convertido en una persona íntimamente conocida, ya no hay más barreras que superar, ningún súbito acercamiento que lograr. Se llega a conocer a la persona "amada" tan bien como a uno mismo. O, quizá, sería mejor decir tan poco. Si la experiencia de la otra persona fuera más profunda, si se pudiera experimentar la infinitud de su personalidad, nunca nos resultaría tan familiar -y el milagro de salvar las barreras podría renovarse a diario-. Pero para la mayoría de la gente, su propia persona, tanto como las otras, resulta rápidamente explorada y agotada. Para ellos, la intimidad se establece principalmente a través del contacto sexual. Puesto que experimentan la separatidad de la otra persona fundamentalmente como separatidad física, la unión física significa superar la separatidad.

Existen, además, otros factores que para mucha gente significan una superación de la separatidad. Hablar de la propia vida, de las esperanzas y angustias, mostrar los propios aspectos infantiles, establecer un interés común frente al mundo =se consideran formas de salvar la separatidad-. Aun la exhibición de enojo, odio, de la absoluta falta de inhibición, se consideran pruebas de intimidad, y ello puede explicar la atracción pervertida que sienten los integrantes de muchos matrimonios que sólo parecen íntimos cuando están en la cama o cuando dan rienda suelta a su odio y a su rabia recíprocos. Pero la intimidad de este tipo tiende a disminuir cada vez más a medida que transcurre el tiempo. El resultado es que se trata de encontrar amor en la relación con otra persona, con un nuevo desconocido. Este se transforma nuevamente en una persona "íntima", la experiencia de enamorarse vuelve a ser estimulante e intensa, para tornarse otra vez menos y menos intensa, y concluye en el deseo de una nueva conquista, un nuevo amor -siempre con la ilusión de que el nuevo amor será distinto de los anteriores-. El carácter engañoso del deseo sexual contribuye al mantenimiento de tales ilusiones.

El deseo sexual tiende a la fusión -y no es en modo alguno sólo un apetito físico, el alivio de una tensión penosa-. Pero el deseo sexual puede ser estimulado por la angustia de la soledad, por el deseo de conquistar o de ser conquistado, por la vanidad, por el deseo de herir y aun de destruir, tanto como por el amor. Parecería que cualquier emoción intensa, el amor entre otras, puede estimular y fundirse con el deseo sexual. Como la mayoría de la gente une el deseo sexual a la idea del amor, con facilidad incurre en el error de creer que se ama cuando se desea físicamente. El amor puede inspirar el deseo de la unión sexual; en tal caso, la relación física hállase libre de avidez, del deseo de conquistar o ser conquistado, pero está fundido con la ternura. Si el deseo de unión física no está estimulado por el amor, si el amor erótico no es a la vez fraterno, jamás conduce a la unión salvo en un sentido orgiástico y transitorio. La atracción sexual crea, por un momento, la ilusión de la unión, pero, sin amor, tal "unión" deja a los desconocidos tan separados como antes -a veces los hace avergonzarse el uno del otro, o aun odiarse recíprocamente, porque, cuando la ilusión se desvanece, sienten su separación más agudamente que antes-. La ternura no es en modo alguno, como creía Freud, una sublimación del instinto sexual; es el producto directo del amor fraterno, y existe tanto en las formas físicas del amor, como en las no físicas.

En el amor erótico hay una exclusividad que falta en el amor fraterno y en el materno. Ese carácter exclusivo requiere un análisis más amplio. La exclusividad del amor erótico suele interpretarse erróneamente como una relación posesiva. Es frecuente encontrar dos personas "enamoradas" la una de la otra que no sienten amor por nadie más. Su amor es, en realidad, un egoísmo á deux; son dos seres que se identifican el uno con el otro, y que resuelven el problema de la separatidad convirtiendo al individuo aislado en dos. Tienen la vivencia de superar la separatidad, pero, puesto que están separados del resto de la humanidad, siguen estándolo entre sí y enajenados de sí mismos; su experiencia de unión no es más que ilusión. El amor erótico es exclusivo, pero ama en la otra persona a toda la humanidad, a todo lo que vive. Es exclusivo sólo en el sentido de que puedo fundirme plena e intensamente con una sola persona. El amor erótico excluye el amor por los demás sólo en el sentido de la fusión erótica, de un compromiso total en todos los aspectos de la vida -pero no en el sentido de un amor fraterno profundo-.

El amor erótico, si es amor, tiene una premisa. Amar desde la esencia del ser -y vivenciar a la otra persona en la esencia de su ser-. En esencia, todos los seres humanos son idénticos. Somos todos parte de Uno; somos Uno. Siendo así, no debería importar a quién amamos. El amor debe ser esencialmente un acto de la voluntad, de decisión de dedicar toda nuestra vida a la de la otra persona. Ese es, sin duda, el razonamiento que sustenta la idea de la indisolubilidad del matrimonio, así como las muchas formas de matrimonio tradicional, en las que ninguna de las partes elige a la otra, sino que alguien las elige por ellas, a pesar de lo cual se espera que se amen mutuamente. En la cultura occidental contemporánea, tal idea parece totalmente falsa. Supónese que el amor es el resultado de una reacción espontánea y emocional, de la súbita aparición de un sentimiento irresistible. De acuerdo con ese criterio, sólo se consideran las peculiaridades de los dos individuos implicados -y no el hecho de que todos los hombres son parte de Adán y todas las mujeres parte de Eva-. Se pasa así por alto un importante factor del amor erótico, el de la voluntad. Amar a alguien no es meramente un sentimiento poderoso -es una decisión, es un juicio, es una promesa-. Si el amor no fuera más que un sentimiento, no existirían bases para la promesa de amarse eternamente. Un sentimiento comienza y puede desaparecer. ¿Cómo puedo yo juzgar que durará eternamente, si mi acto no implica juicio y decisión?

Tomando en cuenta esos puntos de vista, cabe llegar a la conclusión de que el amor es exclusivamente un acto de la voluntad y un compromiso, y de que, por lo tanto, en esencia no importa demasiado quiénes son las dos personas. Sea que el matrimonio haya sido decidido por terceros, o el resultado de una elección individual, una vez celebrada la boda el acto de la voluntad debe garantizar la continuación del amor. Tal posición parece no considerar el carácter paradójico de la naturaleza humana y del amor erótico. Todos somos Uno; no obstante, cada uno de nosotros es una entidad única e irrepetible. Idéntica paradoja se repite en nuestras relaciones con los otros. En la medida en que todos somos uno, podemos amar a todos de la misma manera, en el sentido del amor fraternal. Pero en la medida en que todos también somos diferentes, el amor erótico requiere ciertos elementos específicos y altamente individuales que existen entre algunos seres, pero no entre todos.

Ambos puntos de vista, entonces, el del amor erótico como una atracción completamente individual, única entre dos personas específicas, y el de que el amor erótico no es otra cosa que un acto de la voluntad, son verdaderos -o, como sería quizá más exacto, la verdad no es lo uno ni lo otro-. De ahí que la idea de una relación que puede disolverse fácilmente si no resulta exitosa es tan errónea como la idea de que tal relación no debe disolverse bajo ninguna circunstancia.


ESPERO OS HAYA GUSTADO. SIGO LEYENDO.

Pronto más.
Con Amor.
Y en Servicio.

Ann Love BellANN LOVE BELL

miércoles, 25 de junio de 2014

LLAMAS GEMELAS: CATALIZADORES Y 'SUSTITUT@S'. DIFERENCIAS


En una anterior entrada os hablaba sobre LA DISPENSA ESPECIAL, que no es lo mismo que veo publicado por LaRed con el nombre de CATALIZADOR. Por ejemplo Annete Ruíz dice, define bien al /la catalizador/a de la siguiente manera: "Cualquier alma compañera que no haya despertado completamente y desencadene la purificación de nuestra alma es un catalizador"

AQUÍ EN FOTO:


Y añade:
Sólo tenemos una llama o rayo gemelo. Pero en el camino podemos encontrarnos catalizadores que desencadenarán en nosotros el proceso de depuración del alma. Un catalizador puede ser cualquier alma compañera que no haya despertado completamente y detone ese proceso.

Este catalizador puede ser la llama gemela pues, antes de su propia depuración, no estará despierto completamente. Mas puede ser otra alma. Inclusive, podemos encontrarnos más de un catalizador. Sobre todo si, en la etapa del escapista, decidimos experimentar el amor con otra alma. Si estamos en el camino evolutivo de la llama gemela, esa persona que nos encontremos también servirá a ese propósito de depuración interna.
Bueno, pues de lo que yo os quiero hablar es de la diferencia entre una cosa y otra, tal como encabezaba yo hoy esta entrada. Creo que, efectivamente, en la etapa del Corredor (y lo pongo en masculino porque son mayoritarios los hombres los que escapan); estos que, tanto buscan la LIBERTAD Y EL PODER, aunque lo direccionen mal, por ser esa la búsqueda de su esencia, y necesitan conquistar (aquí una foto del face que te lo explica con claridad). Entonces, suelen precisar de catalizadoras: nuevas parejas a las que conquistar, en un desmedido afán de ponerse al límite, en la vida, de solucionar 'problemas' y de seguir luchando por la conquista fuera. Estando aún en su ego, la Llama Gemela ya no supone suficiente desafío, puesto que la saben segura. Algunos se dan cuenta y lo que hacen es luchar con sus propios miedos y limitaciones.  Pero siempre, aunque huyan de la Llama siguen luchando, y la lucha y la resistencia trae eso, más de lo mismo. Claman a gritos sus propias frustraciones. Y, al no estar ellos completamente despiertos, atraen a otras parejas de su misma vibración. Todo con el propósito, eso sí claro, de depuración interna.

Como véis, catalizadoras puede haber muchas. Va a depender del nivel al que se encuentre el Llamo Masculino (o al revés si la escapista es la fémina. Casos que también se dan, pero menos. En cuyo caso no es por conquistar, es por desmedida necesidad de irradiación y búsqueda de apreciación en lo externo). Y no es lo mismo que la Dispensa Especial, ehhhhh. Esta es para el/la Gemel@ más despiert@ y entregad@.

 El/la 'Sustitut@ de la Dispensa Especial' es, como dice el nombre, "especial". Se diferencia de el/la catalizador/a en su nivel de vibración, y en el número. El/la 'sustitut@' llega en casos muy particulares, y su número es tan escaso o más que el de la Llama Gemela. No hay muchos, hay como mucho un@. Es un/a enviad@ del grupo de las Almas Gemelas Dhármicas, no de las Almas Compañeras, que llega a tu vida para sustituir y recompensar con creces la falta, la retirada de el/la gemel@ corredor/a.  Con él/ella, el gemelo que sigue fiel al plan, será capaz de realizar, y así acabar TODAS LAS ETAPAS, cumpliendo la misión conjunta prevista con su Llama Gemela, llegando al fin a la Armonización. Es una alma gemela dhármica, completamente despierta, que viene a sustituir a el/la gemel@ prófug@, para concluir el plan de Unión, en beneficio de la Humanidad.



Y es que...
Como digo en la otra entrada, la de la Dispensa Especial:
El Sustitut@, a falta de otro nombre mejor, es una dispensa especial, para aquell@s que de verdad aman y saben de la misión que vinieron a realizar.... Junto con su Llama Gemela, y  no por libre (ni precisando 'catalizadoras', por estar completamente despiert@s y entregad@s)... ¡¡Y, además, no se achican!!!. No se achican, siguen amando, y manifestando ese amor a su gemel@ pese a todo. Pues no existe otra posibilidad, así que esperan, y se entregan a la voluntad del Sí Mism@, porque saben que es tiempo de re-encontrarse y asumir el PLAN DE LAS LLAMAS GEMELAS. No hay otra opción adecuada. Recomiendo leer la entrada sugerida al principio, si no lo habéis hecho ya, ésta:

HAY ALGUIEN 'ESPECIAL' PARA CADA UN@ DE NOSOTR@S... Llamas Gemelas y LA DISPENSA ESPECIAL. By Ann Love Bell


 

Espero con esto, hoy, haber aclarado diferencias.

Con Amor.
Y en Servicio.

Ann Love Bel
lANN LOVE BELL
En el camino de las Llamas ArcoIris,

aquellas que han pactado el reencuentro y la reUnión en esta vida.

_____________
Pronto más. ....
SI OS INTERESA EL TEMA DE LAS 'LLAMAS GEMELAS'...
 

Os dejo aquí más info, en este GUIÓN, todo lo que he subido sobre el tema.

lunes, 23 de junio de 2014

LA RECIPROCIDAD DEL AMOR. Algunos apuntes de Walter Riso.

NO IMPLORES AMOR...
SI EL AMOR ES VERDADERO ES RECÍPROCO.

CUANDO RECLAMAS AFECTO Y ATENCIÓN EN UNA RELACIÓN DE PAREJA.... ¡ALERTA ROJA!!!.

"... "No te olvides que tienes que hacer el amor conmigo", "Tienes que acariciarme de vez en cuando", y así. En la vida de la relación hay cosas que no se piden y que deben surgir natural y espontáneamente. Si no ocurren, estamos en alerta roja. Por más música y buenas intenciones que le pongamos, exigir afecto siempre deja una sensación de malestar en la boca del estómago, que después se convierte en indignación y muchas veces en depresión. No es lo mismo ejercer el derecho a la reciprocidad que implorar amor. Uno nos enriquece, el otro nos avergüenza."

Walter Riso.

EJERCER EL DERECHO A LA RECIPROCIDAD NOS ENRIQUECE.
(Aquí tienes la foto, para compartir en Facebook)

NOS ENRIQUECE... ¡A AMB@S!!!
RE-COR(corazón)-DARLO.
NO HAY AMOR VERDADERO SIN RECIPROCIDAD.
Aquí os dejo unos apuntes de Walter Riso sobre esto. Son extractos de su libro "¿Amar o depender?":



LA RECIPROCIDAD DEL AMOR
(...) El amor interpersonal necesita de correspondencia. Para que una relación afectiva sea gratificante, debe haber reciprocidad, es decir, intercambio equilibrado. El amor recíproco es aquel donde el bienestar no es privilegio de una de las partes, sino de ambas. 

Fernando Savater considera la reciprocidad como uno de los universales éticos. En sus palabras: “Todo valor ético establece una obligación y demanda –sin imposición, por lo general– una correspondencia. No es forzosa la simetría pero sí la correlación entre deberes y derechos”.

Es imposible convivir sanamente sin un equilibrio entre el “dar” y el “recibir”. Si una de las partes es mal dador, pero le gusta recibir afecto, es probable que estemos ante un avaro afectivo o un narcisista en potencia. Por el contrario, cuando la persona es una dadora de tiempo completo y no cree merecer afecto, la sumisión está presente. Para que la relación amorosa funcione, no debe haber desequilibrios muy marcados. (...)

Cuando se trata de aspectos esenciales, recibir se convierte en una cuestión de derechos y no en un culto al ego. Hay cosas primordiales a las cuales no podemos renunciar porque son imprescindibles para la supervivencia psicológica; y aunque no las hagamos explícitas, damos por sentado que deben existir para que la relación afectiva siga su curso. Si soy fiel, espero fidelidad; si soy honesto, espero honestidad; si soy cariñoso, espero ternura. De no ser así, no me interesa.

Son apuntes de Walter Riso.
Con Amor.
Y en Servicio.

Ann Love BellANN LOVE BELL
En el camino de 'Las relaciones como camino'.

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Más de WALTER RISO: Aquí EN ESTE ÁLBUM DE FACEBOOK, con fotos para compartir.
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ENTRADA ANTERIOR: -JAMÁS HUMILLARSE. Por Walter Riso.
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Y AQUÍ otras entradas relacionadas, del mismo autor. Éstas sobre la INDIFERENCIA AFECTIVA.

domingo, 22 de junio de 2014

JAMÁS HUMILLARSE. Por Walter Riso.


¡ALERTAS ROJAS, EN UNA RELACIÓN!!!
¡El amor no tiene nada que ver con la humillación!!!


Formas más comunes de humillarse por "AMOR":

Es común observar que cuando una relación de pareja comienza a "fallar", la humillación es la estrategia más utilizada por los adictos afectivos. Las tácticas varían de acuerdo con el grado de deterioro personal, pero por lo general cuanto mayor sea el apego, más intenso será el despliegue de comportamientos humillantes:

-1) Los reclamos indecorosos o las preguntas indebidas.
Lo que básicamente se hace aquí es reclamar afecto y atención sin pudor alguno: “Quiéreme”, “Recuerda mi cumpleaños”, “No te olvides que tienes que hacer el amor conmigo”, “Tienes que acariciarme de vez en cuando”, entre otras.

En la vida de la relación, hay cosas que no se piden y que deben surgir natural y espontáneamente. Si no ocurren, estamos en alerta roja. Por más música y buenas intenciones que le pongamos, exigir afecto siempre deja una sensación de malestar en la boca del estómago, que después se convierte en indignación y muchas veces en depresión. No es lo mismo ejercer el derecho a la reciprocidad que implorar amor. Uno nos enriquece, el otro nos avergüenza.

-2) Comportamientos degradantes y manipulativos.
Los más comunes son suplicar, arrodillarse, llorar, gritar, la automutilación y los intentos de suicidio. Obviamente, estos comportamientos suelen ser muy impactantes a los ojos de cualquier observador.

Ejemplo 1: Una señora no había podido separarse de su marido porque cada vez que intentaba hablarle del tema el señor entraba en crisis. El estallido histérico tomaba dos rumbos: o hacía un gran escándalo en el edificio, o al otro día se aparecía en el trabajo de ella, y delante de clientes y compañeros suplicaba de rodillas que no lo fuera a dejar. El impacto era tal que incluso algunas de las mejores amigas de la mujer se compadecían y apoyaban al desajustado señor.

Ejemplo 2: Una joven de veintidos años, extremadamente celosa, amenazaba en forma constante a su novio con quitarse la vida si éste intentaba abandonarla. Cierta vez intentó tirarse de un automóvil en marcha, y en varias situaciones había buscado arrojarse por la ventana. Por desgracia un día, cegada por los celos calculó mal y se fue al vacío.

Cuando este tipo de conductas ocurre, la mujer ya está fuera de control y no es capaz de medir las consecuencias.

3) Dejarse explotar.
Si la mujer acepta que se aprovechen de ella sin chistar, como una forma de asegurar su fuente de apego, ha entrado a los fangosos terrenos de la prostitución. En este tipo de relaciones, el usufructo no siempre debe estar relacionado con lo económico.

Ejemplo: Una señora viuda había adoptado el papel de "fiel servidora" con su flamante novio, los hijos de él y su futura suegra. El papel de "yo me encargo de todo" ya casi no le dejaba tiempo para sus obligaciones, pero no era capaz de negarse. Con el tiempo, la familia también le fue endosando mayores y responsabilidades que no le correspondían, las cuales terminó asumiendo con resignada vocación de mártir.

Para colmo, si llegaba tarde o fallaba en alguna diligencia, la reprimenda no se hacía esperar. “No soporto la soledad…Ya no estoy tan joven… Yo sé que a veces se aprovechan de mí, pero no me importa… Unas cosas por otras… No sé qué haría si él me deja”.

La trampa era fatal y altamente masoquista: cuanto más la utilizaban, más dependiente se volvía.

-4) Soportar el maltrato con resignación.
Una forma muy común de humillación y especialmente lastimosa es aceptar el maltrato y la violencia con resignación.

Los pensamientos serviles que se esconden detrás de esta forma de sumisión suelen ser dos: “Si me castigan es porque lo merezco” o “Si no me quejo y aguanto estoicamente, él nunca me abandonará”. Por lo general, estas mujeres han sido víctimas de un lavado cerebral sistemático por parte de su pareja. Si el adicto afectivo tiene la mala suerte de caer en manos de una persona mal intencionada, literalmente puede acabar con todo rastro de voluntad. Se entrega como cordero al matadero.

Y por increíble que parezca, existen mujeres dependientes que se sienten honradas de soportar el maltrato. Reverenciar al verdugo es la máxima expresión de obediencia rastrera. Para este tipo de víctimas, el autoengaño es, probablemente, la mejor manera de sobrevivir a un conflicto afectivo sin escape. Hay subyugadas que se sienten orgullosas de serlo. Liberarlas es imposible.

-5) Doblegarse y desvirtuar la propia esencia para darle gusto al otro.
Complacer a la persona que se ama es uno de los placeres más agradables y excitantes. Satisfacer, consentir y colaborar con el bienestar del otro forma parte de la convivencia próspera. Sin embargo, este “dar” a borbotones debe tener un límite autoimpuesto: No debo atentar contra mí misma para que mi pareja sea feliz.

Ejemplo: Una mujer casada hacía poco tiempo, muy apegada a su pareja, rápidamente se había adaptado a las “preferencias” sexuales del marido. Drogas estimulantes de todo tipo, tríos, y un repertorio que haría parecer ingenuo al propio Marqués de Sade en persona. La joven había recibido una educación formal tradicional y a sus veintidos años no había tenido la oportunidad de experimentar demasiado.

No obstante, el miedo a no dar la talla y a decepcionar al esposo hacía que se entregara a prácticas que no disfrutaba ni compartía moralmente. Ella no estaba hecha para esa vida. Cuando se le sugirió que fuera asertiva y manifestara su inconformidad, no fue capaz. Asistió a dos o tres citas para tomar terapia y nunca más volvió con el especialista. El apego puede afectar la tendencia sexual, la posición política, la sensibilidad social y hasta la más arraigada creencia moral o religiosa.

-6) Sumisión sutil.
Es la forma más utilizada de humillación y consiste simplemente en no expresar los gustos o necesidades. Un silencio sutil y disimulado, que agrada y halaga a la otra parte y, de paso, la retiene. La humillación no se nota y la manipulación es encubierta: “Si me dejo llevar, nunca me dejará”. A los ojos de cualquier observador desprevenido, la pareja es modelo de perfección. Las coincidencias sorprenden y la congruencia es increíble. Pero en realidad el adicto se somete a los gustos del otro: “Lo que tú quieras, mi amor” o “Lo que te parezca a ti está bien”.

Ee el amor camuflado de violencia sutil. Un sometimiento sagaz, que garantiza la permanencia del dador afectivo y sus respectivos beneficios.

-7) Infidelidades consentidas.
Por último, existe una forma truculenta de mantener indignamente a la pareja: compartir la persona amada con otra.


Es para no olvidarse jamás. Quede, hoy, aquí de recordatorio.
Es un extracto-resumen del libro"¿Amar o depender?" de Walter Riso


Con Amor.
Y en Servicio.

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Y AQUÍ otras entradas relacionadas, del mismo autor. Éstas sobre la INDIFERENCIA AFECTIVA.







jueves, 19 de junio de 2014

DESPUÉS DE LA LUNA DE MIEL. Por Thich Nhat Hanh


Enamorarse es fácil pero permanecer enamorado lleva trabajo. Thich Nhat Hanh nos ofrece consejos de cómo cultivar una relación para que sea sólida y amorosa.

Thich Nhat Hanh 


Comprometerse con otra persona es embarcarse en toda una aventura. No existe la “persona ideal” que te lo hará más fácil. Has de ser muy sabio y paciente para mantener vivo tu amor, y que dure por mucho tiempo.

El primer año de relación comprometida revela lo difícil que esta es. Al principio cuando te comprometes con alguien la imagen que tienes de esa persona es preciosa. Realmente te comprometes con esa imagen en lugar de con la persona en si. Cuando convives veinticuatro horas al día comienzas a descubrir que la realidad de esta persona no se corresponde demasiado con la imagen que tienes de él o ella, y a veces te desilusionas.

Al comienzo de la relación eres muy apasionado, pero esta pasión puede durar poco tiempo –quizás seis meses, un año o dos. Luego si no eres hábil, si no practicas mindfulness (atención plena) concentración y percepción, nacerá el sufrimiento en ti y en tu pareja y puede entonces, que al ver a otra persona pienses que serías más feliz con él o ella. En Vietnam hay un dicho: “Parado en la cima de una montaña y mirando la cima de otra, pensarás seguramente que deberías estar sobre la otra cima.”

Cuando nos comprometemos con una pareja ya sea en ceremonia o de forma privada, generalmente es debido a que creemos y queremos que podemos ser fieles y dignos de confianza para nuestra pareja el resto de nuestras vidas. Este es un desafío que requiere una práctica sólida y consistente. Muchos de nosotros no tenemos ningún modelo de lealtad y fidelidad a nuestro alrededor. El promedio de divorcio en U.S es del 50% y para parejas comprometidas sin matrimonio, es similar o incluso superior.

Tenemos la tendencia a compararnos con otros y preguntarnos si tenemos suficiente para ofrecer en una relación. Muchos de nosotros no nos sentimos merecedores. Tenemos sed de verdad, bondad, compasión, belleza espiritual y estamos seguros de que estas cosas no existen en nosotros, así que vamos buscando fuera. A veces pensamos que encontraremos la persona ideal que encarnará todo lo que es bueno, bello y verdadero. Esta persona puede ser una pareja romántica, un amigo, o un maestro espiritual. Vemos todo lo bueno en esta persona y nos enamoramos. Después de un tiempo, generalmente descubrimos que teníamos una percepción equivocada de esta persona, y nos desencantamos.

La belleza y la bondad están en cada uno de nosotros. Un verdadero compañero espiritual es alguien que te alienta a mirar profundamente en tu interior para encontrar la belleza y el amor que estás buscando. Un verdadero maestro es alguien que te ayuda a descubrir el maestro en tu interior.



Echar Raíces Profundas

Para mantener el compromiso con nuestra pareja y aguantar las tormentas más difíciles, necesitamos raíces poderosas. Si esperamos hasta que haya problemas con nuestra pareja para intentar resolverlos, no habremos construido raíces lo suficientemente fuertes para resistir el asalto. A menudo pensamos que somos equilibrados cuando en realidad este equilibrio es frágil. Solo necesitamos que sople un poco de viento en la punta de nuestras ramas para derrumbarnos. Un enebro tiene sus raíces plantadas profundamente en el corazón de la tierra y como resultado de esto es sólido y fuerte. Hay algunos árboles que parecen ser muy firmes, pero solo necesitan una dura tormenta para venirse abajo, sin embargo los árboles resistentes permanecen firmes en una gran tormenta porque sus raíces son profundas.

La Primera Raíz: La Fe

Pensamos que cuando nos comprometemos con otra persona necesitamos tener fe en esta persona para confiar que es merecedora de nuestro compromiso. Pero realmente la otra persona es alguien con dudas y firmezas como cualquier otra. Si colocamos nuestra fe en un dios o una diosa, entonces quizás más tarde perdamos esta fe. Si tenemos fe en una persona puede que también perdamos la fe en ella. Deberíamos tener fe en algo más constante y duradero. Necesitamos tener fe en nosotros mismo y en nuestro Buda interior. 

Cuando vemos gente que tiene la capacidad de generar felicidad, nos da fe en nuestra naturaleza de Buda. Esta fe no es teoría; es una realidad. Podemos mirar a nuestro alrededor y ver que una persona que vive con felicidad y compasión tiene la capacidad de hacer felices a otros. Alguien que no tiene la capacidad de comprender y amar sufre, y causa sufrimiento en los demás. 

En el Sutra Kalama hay un pasaje donde una persona joven la dice al Buda, “Hay muchos maestros espirituales que nos visitan. Muchos de ellos también dicen que su camino es el camino verdadero. ¡No sabemos a quien deberíamos seguir! ¡Por favor Buda enséñanos que deberíamos hacer!” 

El Buda contestó, “No tengáis fe en algo solo porque lo haya dicho un maestro espiritual famoso. No tengáis fe en algo solo porque lo dicen las escrituras. No tengáis fe en algo solo porque todo el mundo cree en ello. No tengáis fe en algo solo porque se ha convertido en costumbre. Una vez oído algo, deberíamos examinarlo profundamente, comprenderlo y aplicarlo. Si cuando lo aplicamos obtenemos resultados entonces podemos tener fe en ello. Si no aporta resultados, entonces no deberíamos tener fe solo porque lo dicen las escrituras, porque es costumbre, o porque que quien lo ha dicho es un maestro espiritual.”

 La Segunda Raíz: La Práctica

No importa cuanto queramos comprometernos a una relación sana; hay demasiados mensajes externos empujándonos a ir detrás de nuestros anhelos. Estamos llenos de demasiados hábitos viejos. Si no practicamos mindfulness, nuestros anhelos y deseos sensuales nos abrumarán. La felicidad se construirá con nuestra concentración, percepción y mindfulness. Cada vez que practicamos meditación sentada, meditación caminando, atención de la respiración, habla amorosa, escucha profunda, o cualquier otra práctica de mindfulness, nuestras raíces se hacen más profundas y fuertes y alcanzamos mayor solidez y fortaleza.

Si practicamos la respiración conciente, podemos calmar los trastornos, las confusiones y pesares de nuestra mente siempre que aparezcan. Si al principio nuestra práctica no es exitosa, debemos continuar hasta ver resultados. Cuando vemos que la práctica funciona, lentamente nuestra fe en ella crecerá. Nuestra fe debe estar siempre basada en evidencias empíricas. No creemos en algo solo porque ha sido repetido muchas veces por otros.

 La Tercera Raíz: Apoyo Comunitario

En una relación en la cual tú y tu pareja compartís el mismo tipo de aspiraciones os volvéis uno, y juntos os convertís en un instrumento de amor y paz. Cualquier cosa que hacéis lo hacéis juntos puesto que sois una comunidad, una shanga de dos personas, o tres o cuatro personas, o cien, que tenéis fe en lo mismo: que tenéis la capacidad de entenderos mejor, de amar mejor, y de tener más felicidad.

La primera cosa que hizo Buda después de su iluminación fue buscar compañeros practicantes para poder construir una shanga. No podemos encontrar felicidad a menos que tengamos un refugio. Yo vivo en una comunidad de monjes, monjas y gente laica en el Centro de Práctica de Meditación de Plung Village en el sudoeste de Francia. Mi comunidad es mi verdadero hogar. 

Incluso si solo sois dos personas y os nutrís el uno al otro alegre y atentamente, entonces ya tienes una shanga, una comunidad conciente. Si tu familia tiene solo dos personas es la shanga más pequeña. Si tienes un hijo entonces tienes tres miembros de la shanga. Si vives con más gente tienes una shanga de cuatro, cinco o más. Tu familia es tu casa, tu refugio. 

Con la fe en nuestra comunidad de dos o más podemos ir a cualquier parte. La shanga es como la tierra puede absorber mucho y puede sostener tales raíces profundas y estas raíces pueden alcanzar a toda la comunidad. Cuando nuestras raíces penetran profundamente en la shanga, estas raíces comienzan a traer nutrientes del cuerpo de la shanga para incrementar nuestra propia fuerza y mantenernos rectos.

Cuando las tres raíces de la fe, la práctica y el soporte comunitario nos han alimentado profundamente, entonces seremos sólidos tanto en nuestra relación como estando solos. No solo sobreviviremos, sino que floreceremos. Ninguna tormenta por fuerte que sea podrá tumbarnos. A menudo en nuestra vida diaria estamos solo enfocados en la supervivencia. Pero la fidelidad no es una cuestión de supervivencia, sino de vitalidad.

Dos Jardines 



Tienes dos jardines, el tuyo y el de tu amad@. Primero tienes que cuidar tu propio jardín y dominar el arte de la jardinería. En cada uno de nosotros hay flores y basura. La basura es la ira, el miedo, la discriminación, y los celos dentro de nosotros. Si riegas la basura estarás reforzando las semillas negativas. Si riegas las flores de la compasión, la comprensión y el amor, estarás reforzando las semillas positivas. Lo que hagas crecer está en tus manos.

Si no sabes como practicar el riego selectivo en tu propio jardín, entonces no tendrás suficiente sabiduría para ayudar a regar las flores en el jardín de tu amad@. Al cultivar bien tu jardín, también estás ayudando a cultivar el de ellos.

Incluso una sola semana de práctica puede hacer una gran diferencia. Puedes hacerlo. Cada vez que practicamos caminar atentamente poniendo la mente y el cuerpo en cada paso, nos estamos haciendo cargo de nuestra situación. 

Cada vez que inspiras y sabes que estás inspirando, casa vez que sueltas la respiración y sonríes a la exhalación, eres tu mismo, eres más tu propio maestro, y eres el jardinero en tu propio jardín. Confiamos en ti para que cuides de tu jardín, así podrás ayudar a tu amad@ a cuidar el suyo. 

Si tienes una relación difícil y quieres hacer las paces con la otra persona, tienes que volver a tu casa, a ti mismo. Volver a tu jardín y cultivar las flores de la paz, la compasión, la comprensión y la alegría. Solo entonces serás capaz de ir a ver a tu pareja y ser paciente y compasivo. 

Cuando nos comprometemos con otra persona, hacemos la promesa de crecer juntos, compartir los frutos y progresos de la práctica. Es nuestra responsabilidad cuidar el uno del otro. Cada vez que la otra persona hace algo en la dirección del crecimiento y del cambio, deberíamos mostrar nuestra apreciación. 

Si has estado junto a tu pareja por algunos años, puedes tener la impresión de que sabes todo sobre esa persona. Pero esto no es verdad. Los científicos pueden estudiar una mota de polvo por años, y continúan sin proclamar conocer todo acerca de ella. Si una mota de polvo es tan compleja ¿Cómo podrías saber todo acerca de otra persona? Tu pareja necesita de tu atención y de que riegues sus semillas positivas. Sin esta atención tu relación se marchitará. 

Tenemos que aprender el arte de crear felicidad. Si durante tu infancia viste a tus padres hacer cosas que creaban felicidad en la familia, entonces ya sabes como hacerlo. Pero mucho de nosotros no hemos tenido estos modelos de roles. El problema no es de estar equivocado o acertado, sino de ser más o menos hábil. Vivir juntos es un arte. Incluso con un montón de buena voluntad podemos continuar haciendo infeliz a la otra persona. Mindfulness (atención plena) es la brocha en el arte de la felicidad. Cuando estamos atentos, somos más artistas, y la felicidad crece.

Nuestra Verdadera Casa    


Todos buscamos un sitio en donde sentirnos a salvo y confortables, una casa donde podamos ser realmente nosotros mismos. Cuando nos volvemos más hábiles en mindfulness y establecemos las raíces de la fidelidad, nos podemos relajar realmente con nuestro compañer@. Toda la inquietud y la búsqueda interior se disipan cuando encontramos nuestra verdadera casa. 

Nuestro hogar verdadero está dentro. Cuando miramos profunda y honestamente en nuestro propio sufrimiento, energías y visiones, encontramos una paz que viene de sentirnos confortables en nuestro propio cuerpo. Pero nuestra verdadera casa no solo está dentro de nosotros. Una vez que nos encontramos confortables con nosotros mismos, entonces podemos comenzar a escuchar profundamente el sufrimiento de nuestros amad@s, y comenzar a comprender sus experiencias y visiones. Entonces nos podemos convertir en una casa verdadera el uno para el otro. En Vietnam cada persona de una pareja casada le llama al otro su “casa.” Cuando a un hombre se le pregunta ¿Dónde está tu esposa? Te puede contestar “Mi casa está en la Oficina de Correo.” Si alguien le pregunta a una mujer como consiguió algo, ella podría decir “Lo hizo mi casa.” Cuando un marido llama a su mujer, dice “¡¿Dónde estás mi casa?!” y ella responde “¡Estoy aquí!

Si practicamos mindfulness no habrá conflictos entre la verdadera casa interior y la verdadera casa que hemos creado con nuestra pareja. No hay discriminación, ni ansias. En nuestra casa verdadera compartida solo hay relajación, liberación y alegría.

Los Cuatro Elementos del Amor Verdadero 



El amor verdadero nos hace felices. Si el amor no nos hace felices, entonces no es amor; es otra cosa.

La palabra amor tiene muchos significados. Decimos que amamos los helados, o unos pantalones, o cierta película. Hemos abusado de esta palabra y tenemos que sanarla. Las palabras se pueden enfermar y perder su significado. Tenemos que desintoxicar la palabra y hacerla sana de nuevo. 

El verdadero amor está hecho de maitri (bondad amorosa), karuna (compasión), mudita (alegría), y upeksha (ecuanimidad y no-discriminación). El amor verdadero trae alegría y paz y alivia el sufrimiento. No necesitas de otra persona para practicar amor. Practica amor sobre ti mismo. Cuando tengas éxito, amar a otra persona se volverá muy natural. Tu amor será como una lámpara que brilla; hará feliz a mucha, mucha gente.

El espíritu santo está hecho de mindfulness, concentración y percepción. Cuando practicas las cuatro cualidades del amor verdadero, tu amor es sanador y transformador, y tiene el elemento de la santidad en él. La intimidad sexual se vuelve algo muy bonito. El amor es una cosa maravillosa. Te da la capacidad de ofrecer alegría y felicidad, aliviar el sufrimiento, y trascender todo tipo de barreras y separaciones

 Bondad amorosa 

Maitri o bondad amorosa, es el primer elemento del amor. La palabra maitri viene del Sánscrito mitra, que significa amigo. Así que amor es amistad, y esta amistad traerá felicidad. De otro modo ¿Cuál sería la utilidad de la amistad? Ser amigo significa ofrecer felicidad. Si el amor no ofrece felicidad, si hace llorar a la otra persona todo el tiempo, entonces no es amor; no es maitri; es lo opuesto.

Maitri es la capacidad de ofrecer felicidad, el verdadero amor requiere de este elemento. Amor no solo significa amor por otra persona. Amarse a uno mismo es la base para amar a otra persona. Si no sabes como amarte y ofrecerte felicidad, ¿Cómo puedes amar y ofrecer felicidad a otra persona? Si no sabes nada de la felicidad ¿Cómo puedes ofrecerla? Así que vive de un modo que te traiga felicidad y alegría, y entonces serás capaz de ofrecérsela a otra persona.

Sabemos que la felicidad tiene algo que ver con el sufrimiento. Si no comprendemos el sufrimiento no podemos saber lo que es la felicidad. Comprender el sufrimiento es la base de la felicidad. Si no sabes como manejar un sentimiento doloroso en ti, ¿Cómo podrás ayudar a otra persona a hacerlo? Así que amarse a uno mismo es crucial para amar a otra persona. Una relación exitosa depende de que reconozcamos nuestras propias emociones y sentimientos dolorosos dentro –no luchar con ellas, aceptarlas, abrazarlas y transformarlas para lograr alivio.

Compasión

El segundo elemento del amor es karuna, o compasión. Karuna es la capacidad de aliviar el sufrimiento –eliminar y transformar el sufrimiento. Cuando alguien que amas sufre, te sientes motivado de hacer algo para ayudar. Pero si no eres capaz de manejar el sufrimiento en ti mismo, ¿Cómo vas a poder ayudar a la otra persona a manejar el suyo? Primero tenemos que ser capaces de manejar el sufrimiento en nosotros mismos. Siempre que una emoción o sentimiento doloroso surja, deberíamos ser capaces de estar presentes con este –no luchar con él, sino reconocerlo.

Podemos aprender como abrazar y aceptar el sufrimiento y usar mindfulness, concentración y percepción para comprender su naturaleza. Entonces encontraremos alivio. Las enseñanzas de Buda son muy claras y concretas. No solo nos dice que tenemos que amar, sino que nos dice como tenemos que amar. No solo nos dice que podemos transformar nuestro sufrimiento; nos dice exactamente como podemos hacerlo –paso a paso.

No solo necesitamos reconocer el sufrimiento, el dolor y las dificultades dentro de nosotros, necesitamos dedicar tiempo para lidiar con ellos y transformarlos. Usar la concentración y la atención plena (mindfulness) puede nutrir nuestro propio sentimiento de alegría y felicidad. Si conocemos el arte de la liberación, el arte de la atención conciente o plena (mindfulness), concentración y percepción, entonces podemos traer sentimientos de alegría, y felicidad en cualquier momento. 

La palabra compasión no refleja suficientemente el verdadero significado de karuna. El prefijo ‘com’ significa “juntos” y pasión significa “sufrir.” Así que ser compasivo significa sufrir junto con la otra persona. Pero karuna no requiere sufrimiento. Karuna es la capacidad para aliviar el sufrimiento. Es la capacidad para aliviar el sufrimiento en ti y en la otra persona. Cuando conoces la práctica de la respiración atenta o conciente: de sostener con ternura tu dolor y tu pesar; o mirar profundamente en la naturaleza del sufrimiento; entonces puedes transformar este sufrimiento y traer alivio. No tienes que sufrir y no tienes que sufrir con la otra persona. Ambos podéis practicar de este modo. Supón que eres un médico compasivo.

Cuando un paciente viene y se queja de dolor y miedo, incluso un buen doctor no tiene por que sufrir con esta persona para ser amable con el o ella. 

Tenemos que distinguir entre la voluntad de amar y la capacidad de amor. Puedes estar motivado por la voluntad de amar, pero si solo es motivación, la otra persona sufrirá. Así que la voluntad de amar no es todavía amor. Muchos padres aman a sus niños y aún así, les hacen sufrir enormemente en nombre del amor, ya que a menudo no son capaces de comprender el sufrimiento, las dificultades, esperanzas y aspiraciones de sus hijos. Tenemos que preguntarnos a nosotros mismos “¿Estoy amando realmente a la otra persona comprendiéndola, o solo estoy proygeneralmenteectando mis propias necesidades?” 

Amor no significa solamente la intención o voluntad de hacer a alguien feliz, sino la capacidad de conseguirlo. Esta capacidad para amar es algo que tienes que aprender y cultivar. Mira dentro de ti mismo y reconoce el sufrimiento en tu interior. Si reconoces, abrazas, y transformas tus sufrimientos y dificultades, entonces te estás amando a ti mismo. Basándote en esta experiencia tendrás éxito ayudando a otra persona a hacer lo mismo, trayendo un sentimiento de alegría y felicidad.

Alegría

Alegría o mudita, es el tercer elemento del verdadero amor. El amor debería traernos alegría porque si solo trae lágrimas ¿Por qué deberíamos amar? Si te proporcionas a ti mismo alegría, sabrás como traerle alegría a tu pareja y al mundo.

Mudita ha sido traducido como regocijo o alegría altruista o solidaria. No me gusta esta traducción porque si no tienes alegría, no puedes ofrecer alegría. La alegría es para ti pero también para mí. Un verdadero practicante sabe como traer alegría sobre si mismo. No necesitamos hablar de alegría altruista. Alegría es solo alegría. Si estás realmente alegre y tu alegría es sana, entonces esto beneficia a otra gente. Si no eres alegre, ni fresco, ni sonriente, entonces esto no beneficia a nadie. Si estás invadido por la alegría y la frescura nosotros sacamos provecho de ti incluso sin que hagas nada.

Ecuanimidad

El cuarto elemento del amor es upeksha, o ecuanimidad y no-discriminación. Esta es la base del verdadero amor. En el amor verdadero no hay distinciones entre el que ama y el que es amado. Tu sufrimiento es mi sufrimiento. Mi felicidad es tu felicidad. Amante y amado son uno. Ya no hay barreras. El verdadero amor tiene el elemento de abolir el yo. La felicidad ya no es una cuestión individual. El sufrimiento tampoco es una cuestión individual. Ya no hay distinciones entre nosotros.

Otra forma de traducir upeksha es inclusión o globalidad. En el verdadero amor no excluyes a nadie. Si tu amor es amor verdadero, beneficiará no solo a los humanos, sino también a los animales, plantas y minerales. Cuando amas a una persona es una oportunidad para amar a todos y cada uno de los seres. Pero si amas a alguien y te enganchas en el sufrimiento y el apego, entonces te desconectas de los demás. Esto no es amor verdadero.

El regalo más inmenso que la atención plena puede traernos es la sabiduría de la no discriminación. Nosotros no somos nobles por nacimiento. Somos nobles solo por la virtud de la forma en que pensamos, hablamos y actuamos. La persona que practica el verdadero amor tiene la sabiduría de la no-discriminación y este se delata en todas sus acciones. No discriminas entre tu, tu pareja, los demás, y todos los seres sintientes. Tu corazón se ha hecho muy grande y tu amor no conoce obstáculos. 

Cultivar los cuatro elementos del amor verdadero –bondad amorosa, compasión, alegría y ecuanimidad- es el secreto para nutrir una profunda y sana relación. Cuando practiques con estos elementos regularmente, podrás manejar las dificultades en tus relaciones y transformar el sufrimiento que sientes dentro. Te volverás como un Buda. Amarás a todo el mundo y a todas las especies. Entonces tu presencia en el mundo se vuelve muy importante, porque tu presencia es la presencia del amor.

(De Fidelidad de Thich Nhat Hahn 2011)
Artículo Publicado en la Revista Buddhadharma (Otoño del 2011)
Traducido al castellano por Edgardo Polla. De la web "edgardoterapiameditacion".

Con Amor.
Y en Servicio. 

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miércoles, 18 de junio de 2014

LA APERTURA DEL CORAZÓN EN EL HOMBRE. By Keshavananda.

LA APERTURA DEL  CORAZÓN EN EL HOMBRE.

La energía del corazón es la energía de la unión, de la fusión con lo que nos rodea. Localizado en el centro del pecho, el corazón es el chakra intermedio de los siete chakras, símbolos del sistema energético Tierra-Cielo que es el ser humano. Por debajo del chakra del corazón se encuentran los chakras ligados al ego, las energías ligadas a la supervivencia, a lo instintivo, a lo emocional inconsciente, al poder. Las energías que han dominado nuestro mundo en los últimos miles de años del periodo de oscuridad que ahora toca a su fin. Por encima del chakra del corazón comenzamos a acceder las energías sutiles ligadas a las dimensiones no materiales, podíamos decir a las dimensiones espirituales. El corazón, considerado siempre por todas las tradiciones espirituales como “la puerta del alma”, es la llave al Espíritu en nosotros, al Ser que realmente somos, a la percepción de la Unidad de todo lo que nos rodea.

 
Hablamos en este artículo de la “apertura del corazón en el hombre”, no porque en la mujer no sea éste también un trabajo necesario e imprescindible, sino porque es el hombre, como arquetipo canalizador de la energía masculina, el que ha estado y sigue estando, por lo general, más alejado de la energía del corazón. La mujer canaliza de forma natural la energía de lo femenino, de la Diosa, y esta energía es una energía unida al corazón. La mujer siempre ha estado y sigue estando más cerca de la energía del corazón, aunque, tras miles de años de civilización masculina, y de masculinización de la propia mujer, la expresión de esa energía en la mayoría de los casos se reduzca a una conexión mayor con el mundo del sentimiento, teñido de emocionalidad y de inconsciencia. Pero la esencia de lo femenino es la Madre y ésta estará siempre más cerca de la energía de la unión.
 
El Tantra, como sistema de unir el cielo y la tierra, lo de arriba y lo de abajo, considera la energía del corazón como la energía donde lo demás se alquimiza. El ego, con su visión dualista de separación, de yo y lo de fuera, de amigos y enemigos, de lo que es bueno y lo que es malo, se disuelve en la conciencia de unidad cuando la energía se eleva al corazón. El corazón ha sido siempre mal entendido, confundiéndose con lo emocional. Así cantidad de ataques a todos los niveles y de acciones destructivas en la historia de la humanidad se han justificado y se siguen justificando día a día, porque “salen del corazón”. Lo emocional es la compulsión ligada al inconsciente, es digamos, la manifestación en la acción de la mente inconsciente y esto es bien distinto del sentimiento puro que proviene del corazón. Como decíamos el corazón es la energía de la unión, del no-yo, del no-dos. Y cuando se está en la energía del corazón es imposible luchar contra alguien, es imposible destruir algo, pues no hay “otro” separado de uno mismo. Desde el corazón, lo “otro” se percibe como uno mismo, y al no haber dos, no puede haber “enemigo”. 

Evidentemente la historia de la humanidad en los últimos miles de años ha estado bastante lejos de esta energía que llamamos el corazón. Con sus guerras, con las continuas luchas contra todo lo de fuera, con la explotación de la Tierra y del ser humano mismo, la historia que recordamos de la humanidad es un claro exponente de la energía del ego, de la visión de la separatividad. Hoy en día nuestro mundo, nuestra “avanzada” civilización, sigue en lo esencial moviéndose desde esa energía de separación. El famoso término de “recurso” tan utilizado en nuestra era moderna, no es sino el exponente mismo de esa visión dualista. Todo es un recurso porque se percibe separado. La Tierra es un recurso. El agua es un recurso. Las montañas son recursos, lo animales y las plantas son recursos. El ser humano mismo es un recurso, laboral, de personal, de producción. Nuestra civilización es el reflejo de un ser humano que vive separado del corazón. Desde el corazón es imposible destruir la Tierra, talar un bosque o quitar una montaña del medio, para realizar no se qué proyecto siempre justificado desde la óptica del ego. Porque desde el corazón el bosque o la montaña se considerarían como parte de uno mismo, no como un “recurso” a explotar.
 
La historia de la humanidad es la historia de esa visión de la separación. Es la historia del “ego” humano en su ilusión de separatividad de todo lo que le rodea. Y sobre todo es la historia de la energía Yang, de lo masculino. La energía masculina aislada, cuando no se mueve desde el contrapeso de lo femenino, se convierte en algo que lleva directamente a la locura y a la guerra. Y no hay más que echar un vistazo atrás. La energía yang es una energía ligada a la acción, a la voluntad, a los valores del hemisferio cerebral izquierdo, al análisis, al proceso racional. Una energía necesaria para estar aquí en la Tierra, pero que separada de la otra energía Yin, lo femenino, lleva a perder el contacto con el todo, perdiéndose en el mundo separado que cree percibir. Gracias a esa energía hemos conseguido muchos “adelantos” en la materia. A base de manipular lo que percibimos como externo, hemos llegado a construir coches, aviones, naves espaciales. Pero a un terrible precio de guerras, destrucción y dolor y de acercarnos a un punto en el que nuestra propia autodestrucción empieza a no sonar como algo lejano. En esta historia “lo femenino” ha tenido poco que ver. Todos los Alejandros Magnos, todos los emperadores conquistadores de naciones, todos los grandes generales que han masacrado pueblos, todos los grandes levantadores de imperios, en nuestros días, imperios comerciales que han destruido la Tierra y esclavizado a multitud de pueblos, todos, con pequeñísimas excepciones de algunas pocas mujeres que han hecho suya esa energía, han sido hombres perdidos en su percepción yang del mundo. Si nos fijamos bien, la historia de los últimos miles de años ha sido movida exclusivamente por la energía masculina en todos los niveles. Es por eso por lo que al hablar de la apertura del corazón, hay que dirigirse inevitablemente al hombre, que es el que realmente tiene la mayor parte de ese trabajo, o el que ha estado y está más lejos de esa energía.
 
Para el hombre individual abrir el corazón supone una revolución y un proceso en la mayoría de los casos no exento de dolor. Abrir el corazón supone aceptar un nivel de percepción que escapa al control de lo mental racional. Supone, por ejemplo, acceder a la sensación de éxtasis y de expansión más allá de uno mismo, que se puede producir cuando contemplamos una puesta de Sol, pero que se puede producir también en condiciones “menos idílicas”, caminando un día en el metro, por ejemplo. Cuando esto ocurre, la mujer está por lo general más preparada para afrontarlo, pues es algo más cercano a su naturaleza. Ella es más capaz de aceptar lo que no entiende, de entregarse a eso. Pero para el hombre anclado a sus esquemas energéticos masculinos puede llegar a ser algo difícil de integrar. Sentir que ocurre algo, pero no poder procesarlo con la mente racional, pues es algo ajeno a ella, puede suponer para la mayoría de los hombres un “shock”.

Lo que ocurre entonces es que la mente del hemisferio izquierdo, no acostumbrada a procesar ese tipo de sensaciones, se ve desamparada, comenzando a generar en la mayoría de los casos, procesos de dolor y de miedo. Al no saber manejar el proceso, la mente racional entra en pánico, abriendo la puerta al proceso del dolor que siempre ha tenido asociado a la pérdida del control. Por eso siempre se ha hablado de la apertura del corazón en el hombre, como la apertura a la puerta del dolor. Es muy común en esos momentos la tendencia a procesos de depresión, que no terminarán hasta que, de forma consciente, uno se de cuenta de la “jugada” de la mente y elija “desligar” el dolor de esos estados que van más allá de lo racional.
 
Pero ¿qué supone todo esto en términos de desenvolvimiento en la propia vida?. Pues a parte de las consecuencias, visto todo lo comentado anteriormente, que para el mundo pueda tener un hombre que haya empezado a moverse desde la energía del corazón, y a parte de los cambios en la propia vida de la persona, en sus relaciones, en su sexualidad, en la manera en que percibe el mundo, la apertura del corazón es abrir la puerta a la acción del Espíritu en la propia vida, es comenzar a aceptar la guía de algo que está más allá de nuestra mera mente racional y a poner en sus manos confiadamente nuestros proyectos e intenciones. Abrir el corazón es abrir la puerta al hemisferio derecho, a lo desconocido, pero que sin embargo está ahí. Es empezar a vivir la vida desde la magia de esa fuerza que inunda todo el universo y que, cuando lo permitimos, puede ponerse a nuestro servicio para cuánticamente cocrear el mundo.
Curiosamente, aunque reconocíamos al principio que la mujer individual está normalmente mucho más cercana a la energía del corazón por su canalización del arquetipo madre, podríamos considerar que la mujer actual está completamente contaminada por la distorsión de la energía masculina y esta contaminación la hace situarse en un corazón "contaminado" por el inconsciente emocional, por toda su relación interna con lo masculino que no se ha abrazado ni resuelto en ella. Esta contaminación del corazón podrá por su puesto, tomar múltiples manifestaciones. Desde la mujer "sumisa" y reprimida de su masculinidad interna, a la mujer "masculinizada" que utiliza primordialmente su parte masculina para percibir el mundo y desenvolverse en la vida. Cualquiera de estos extremos y de todas sus combinaciones intermedias, lleva a graves problemas y desequilibrios en la propia mujer, problemas que desde luego, son proyectados en el mundo, siendo de esta forma la mujer "no sanada", la mujer que no a profundizado y abrazado su "herida", al igual que el hombre, un ser peligroso para el mundo. Esa es realmente la historia "del mundo": dos seres, hombre / mujer que no han abierto su corazón, que no han sanado su inconsciente, sus heridas y su dolor y por lo tanto que crean este mundo que hemos vivido, principalmente de conflicto, dolor, separación y muerte.
 
La apertura a la energía del corazón es algo necesario e inevitable en el proceso de evolución actual y supone la recuperación e integración de los valores yin, femeninos, en nuestro interior. Tras varios miles de años de era yang, de preeminencia de lo masculino, tenemos ahora, en el nuevo ciclo, la oportunidad de evolucionar a un nuevo ser humano y dejar atrás todos los esquemas basados en el miedo y a separatividad. De crear una nueva Tierra, desde el amor, desde el corazón. 
Publicado por Jesús Gómez (Keshavananda) en la revista "Verdemente".     


Con Amor.
y en Servicio.
Comparto.

Ann Love Bell.ANN LOVE BELL

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Otros escritos del mismo autor, en este blog. Ya desde el primero que compartí, el 31 de enero del 2010,  sentí como si yo misma lo hubiese escrito, mirad. Así que Re-COMPARTO:



-TANTRA, el Origen, el Camino de lo Femenino. Por Jesús Gómez

-LA SANACIÓN DE LA ENERGÍA FEMENINA... Es un extracto de un artículo de Jesús Gómez, en la revista "Espacio Humano", Octubre-2004. Titulado: TANTRA. EL VERDADERO PODER FEMENINO.


-TANTRA. EL VERDADERO PODER MASCULINO. Por Jesús Gómez. 



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