Ideogramas Reiki - Ann Love

Qué es el Reiki?

Por ANN LOVE BELLANN LOVE BELL


Reiki es la capacidad que tiene toda persona de convertirse en un canal de Energía Vital Universal.

martes, 8 de diciembre de 2009

LA RAÍZ "AN", NOMBRE DE LA DIOSA MADRE

UNA ÚNICA DEIDAD, LA DIOSA MADRE, LA RAÍZ “AN” ( O ANN), DONDE MI NOMBRE ME LLEVA… al pasado ancestral… posiblemente… ¡al nombre más antiguo!.

La raíz "AN", está presente en múltiples lenguas de muy diferentes culturas. Esto hace que pueda pensarse en un origen común.

Demos un gran salto, hasta la tradición celta (a la cual yo me siento muy vinculada, por llevar en mi sangre raíces celtas):

La divinidad más antigua que se menciona entre los celtas es sin duda Dana o Danu, también llamada Anu o Ana, de cuya divinidad derivan todos los otros dioses celtas en la mitología celta insular, es decir, Los Tuatha Dé Danann (o hijos de Dana). Si bien sabemos que cuando los hijos de Dana, llegaron a Irlanda, la Madre no fue con ellos, aunque todos sus hijos, son considerados como extensiones de La Primigenia. Aunque ciertamente la Diosa madre, aparece con diversos nombres y diferentes formas.

Concepto este, bien arraigado en la filosofía druídica, cuando hablamos de Una Única Deidad, con sus múltiples facetas, que son extensiones de ella, cada dios/diosa posee no obstante, sus peculiaridades y cualidades propias e individualizadas. Podríamos incluso atrevernos a definir este concepto como: Un politeísmo monoteísta o un monoteísmo polifacético o quizá un politeísmo en las formas y un monoteísmo en la esencia.

Nuestra deidad primigenia, la de raíz “an”, cuyo nombre puede significar la Diosa madre o reina. No siendo ningún nombre propio, pues lo Absoluto es incognoscible y es innombrable. También algún autor cita que su nombre significaría “Agua del cielo”, curiosidad esta pues el gran río Danubio tomaría su nombre de ella, digo curiosidad, pues desde el nacimiento de este río, es desde donde se supone que empezó la gran expansión céltica. Existen otros ríos donde también se puede encontrar ciertas equivalencias del nombre.

En el condado de Kerry, (Irlanda), dos montañas o cimas gemelas, son identificadas como “Los Pezones de Anu”, ( Da Chich Danann), pues tienen formas redondas y asemejan pechos femeninos. Para sorpresa de algunos, siguen siendo venerados por las gentes actualmente.

Ella es la Madre Universal y Madre de todos los dioses. Diosa también asimilada a la luna y gobernadora de las mareas. Los druidas, en general, solicitaban, su permiso para encomendar a las almas de los recién difuntos a través de las puertas de los “sidhs” para alcanzar su nueva vida en el Otro Mundo.

Su conyuge es Bilé, un dios, en un principio del inframundo, del cual dicen algunas leyendas, surgieron los primeros hombres. . Bilé es la antigua palabra Irlandesa para referirse a un árbol sagrado o a un "noble guerrero". Danu o “las aguas del cielos” riega el roble Bilé, símbolo masculino de fertilidad y da a luz a El Dagda, hijo de Danu y Bilé, "el Buen Dios", que fue el padre de prácticamente el resto de los Dioses Irlandeses.

A Bilé se le considera consorte de Danu y su culto se extendió también bajo los nombres de Bel y Belenos. Belenos, el consorte masculino, fue venerado durante muchos siglos después de la conquista Romana.

En Gales a Dana se la conoció con el nombre de Dôn, Madre también primigenia y de dioses tan conocidos como Amaethon, Gwyddyon, Gofannon, Math, LLud y Arianhrod. Posteriormente su denominación fue masculinizada como Dios Pater.

Pero cabe argumentar que es El Dagda el que aparece más veces con el calificativo de "padre de los Dioses", más que Donn o Bilé, pero El Dagda es hijo de Danu y su padre es Bilé. Por eso Danu sigue teniendo preeminencia como fuente primaria de vida, la Madre.

Algunos investigadores asocian a esta primigenia deidad, con una diosa arcaica pre-indoeuropea, la de los Sumerios, asimilada por la cultura celta en sus invasiones, incursiones y asentamientos.

Un salto hacia atrás, nos lleva pues a los mitos sumerio-acadios:
los Anunaki eran los hijos de Anu y Antu, los dioses hermano y hermana, o bien del gran Anu con otras mujeres, Anu realmente significa “cielo”. Tenemos también que Ishtar (Inanna) en la religión caldea ejerce funciones de DIOSA MADRE.

Otro salto que nos lleva hasta oriente, India, pues otros analistas la asocian a diosas con parecidos apelativos, tales como a Anna Purna. Annapurna es el nombre de una serie de picos en el Himalaya, un macizo de 55 km de longitud, Annapurna es un nombre en sánscrito que puede traducirse como Diosa de las Cosechas, de la Fertilidad y de la Abundancia. En el hinduismo, Annapurna es el nombre de la diosa de la comida y la cocina.

GRECIA Y ROMA:
Otros analistas, como el investigador Robert Graves asocia a Anu, con una diosa pelasga llamada Ana, hermana de Belo y que los romanos llamaron Anna Perenna (y los sumerios Anna-Nin).

La fiesta de Anna Perenna de los griegos y romanos en el Año Nuevo, sobre el 15 de marzo, cerca del equinoccio vernal, puede haber sido una fiesta de la diosa madre. Dado que el Sol era considerado fuente de vida y alimento, esta fiesta también se asimilaba con la Diosa Madre. Otros autores como Ross Nichols, incluso R. Graves la relacionan inexorablemente con la Dánae griega y con las primeras invasiones indoeuropeas a Grecia.

También todo apunta a que durante la cristiandad, observando los cristianizadores un culto exacerbado por parte de las gentes de religión pagana hacia la madre de Todos, diosa de la fertilidad y Madre-Tierra, se optó por no combatirlo más y asimilarlo, en la nueva forma de Santa Ana, la madre de María, que se convirtió desde entonces en un personaje protector, pero de notable raigambre pagana. Culto por otra parte que perduró hasta la Edad media, e incluso hasta el siglo XVII, al cual, el clero cristiano no tuvo más opción que acorralar, asimilándolo plenamente.

Es en algo parecido a lo que sucedió también, con la veneración de los celtas galos, después de romanizados, hacia la diosa latina Diana, en la cual aquellos, vieron a su primigenia Dana, o como decían los galorromanos: Diva Ana o Divuana.

Aquí cabría aclarar que en Italia, antes de que los pueblos del Lacio adoptasen a las griegas Selene y Ártemis, bautizadas ambas diosas por el nombre latino de Diana, se adoraba a una diosa de la luna. Más tarde la luna se confundió con Diana. Según S. Lunais, se trataría de una absorción en lugar de una identificación.

Se puede pensar que Diana, adorada al principio de la Historia romana por los latinos, era en su origen una divinidad de los montes, los bosques y la naturaleza, que se fue acercando progresivamente a la diosa Luna astral porque, en la noche, la luna recorre los bosques y selvas.

Para S. Lunais, Diana fue en su origen una diosa luminosa, puramente latina, que aunque asimilada a la Ártemis griega, no debía nada a Grecia.

Diana es una divinidad compleja. En ámbito romano, la religión oficial identificaba a Diana con Ártemis y la literatura aceptaba esa confusión. Ya en época de Augusto no las diferenciaban ni sacerdotes ni poetas.

La diosa Diana es pues, históricamente hablando, el resultado de una serie de cultos que, también históricamente hablando, se pierden en el tiempo. En los cultos mediterráneos, existen una serie de diosas cuyas características están muy próximas a la diosa Diana. Con lo cual se aprecia la proximidad de estas diosas con diferentes divinidades del Panteón romano. Todas estas divinidades tienen características que podrían asociarse a la Ártemis griega, de la que es deudora la Diana romana, pero también a Afrodita u otras.



SEA COMO SEA, ALLÍ DONDE ENCONTRAMOS LA RAIZ "AN", SE ASOCIA CON LA DIVINIDAD O ALGÚN CONCEPTO MUY PRÓXIMO A LO DIVINO.

Pronto más, pues hablaremos próximamente con más detalle de otra cultura que me apasiona, la cultura más antigua que se conoce en la historia que nos han contado, La Sumeria. Pronto.

Con Amor, ANN LOVE BELL*

*(Obsérvese, después de haber leído este texto que hoy aquí os dejo, que en mi nombre simbólicamente están contenidos los dos principios, o Dios Pater/Mater de la cultura celta que tanto admiro, el femenino y el masculino; y en el centro mediando está el Amor, el enfoque equilibrante. Mi nombre contiene así explícitamente mi pasión, mi motivación o razón de vida; aquello que me impulsa a escribir y compartir contigo, amigo lector, el Amor y la Compasión hacia la Otra Parte).