Pues, últimamente la cosa va de Diosas. En este caso, es una diosa Hindú que surguió de las aguas.Al igual que la griega Afrodita y la romana Venus, la Diosa hindú de la Salud, la Belleza y la Abundancia nació de la espuma del “Océano de la Creación”.
Obsérvese la posición de sus manos, la mano izquierda recibe y la derecha da, en un fluir perpetuo, pues “dar es recibir y recibir es dar”. Recordándonos así que sintonizarse con el dar, y no sólo con el recibir, es retomar una fórmula mágica de salud y bienestar, uno agradece al Universo haberse salido del despiste. A veces uno se despista y entra en el juego egocéntrico de satisfacer sólo sus deseos a toda costa.
Realmente, es un golpe de suerte despertar y realizar que uno puede posicionarse nuevamente en el dar. Sintonizarse con el dar es responder sí a las sutiles demandas que nuestro Ser nos plantea. No es un sí por el puro complacer, o por sentirse bueno y disolver culpas viejas. Es dar, por el puro placer de dar pues al cambiar nuestro deseo del tomar al dar, sólo queda el puro esplendor del amor, más allá del dar y del recibir.
Fluir por la corriente del dar es darse. Observar que uno brota en el darse es un camino de liberación, es un estado de conciencia que se sitúa más allá de toda contabilidad.
El don que Lakshmi representa es el tesoro espiritual de la iluminación.
Esto se refiere al crecimiento y la fortuna o el acopio de fortuna interior, lleno de conocimiento, conciencia y contentamiento.
Encontrar lo que verdaderamente necesitamos en nuestro interior, ir despertando nuestros dones espirituales, mientras recordamos como nutrirnos de amor, es ser y expresar esa abundancia, abundancia de alegría y riqueza, abundancia de amor en nuestra realidad...
¡Y más allá de ella!.
Una vez, en tierras lejanas, un joven fue al bosque y le dijo a su guía espiritual:
-Quisiera tener riqueza sin límites, y con esa riqueza sin límites quiero ayudar y sanar al mundo. Por favor, ¿me darías el secreto para crear esa abundancia?
Y el maestro respondió:
-Hay dos diosas que habitan en el corazón de cada ser humano, y todos amamos profundamente a esos seres supremos. Pero existe un secreto que tienes que saber, y yo te lo diré. Aunque amas a ambas diosas, debes prestar más atención a una de ellas. Es la diosa del conocimiento y se llama Sarasvati. Persíguela, ámala, y préstale atención. La otra, Lakshmi, es la diosa de la Abundancia. Al ver que le prestas más atención a Sarasvati, Lakshmi se pondrá muy celosa y se fijará más en ti. Cuanto más persigas a la diosa del Conocimiento, la de la Abundancia te perseguirá más a ti. Te seguirá donde quiera que vayas, y nunca te abandonará. Y tendrás para siempre esa abundancia que deseas."
El conocimiento y el espíritu tienen fuerza y esa fuerza está dentro de cada ser, es la clave para crear la abundancia.